RETOS EN EL AULA

Propuesta educativa de la campaña SSSICE-SO

RETO #2 – Historia de la exploración antártica, in a nutshell

 

El océano ha cautivado la imaginación y fascinación del ser humano a lo largo de toda su Historia. Su inmensidad es un reflejo de nuestra curiosidad y anhelo de exploración. El océano es sinónimo de nuestra conexión con la naturaleza; ya sea desde la perspectiva de los amantes de las criaturas extrañas, los interesados en la tectónica de placas, los atraídos por el curso y nacimiento de las masas de aguas, los que buscan en él el remedio a distintas enfermedades, e incluso aquellos que lo han utilizado como inspiración en sus novelas.

“El sol se alzó más. Olas azules, olas verdes, dibujaban rápidos abanicos en la playa, rodeando el hierro vertical clavado en la arena, y dejando aquí y allá, superficiales charcas de luz. Cuando se retiraron, quedó una sutil línea negra en la arena. Las rocas, antes suaves y neblinosas, se endurecieron y quedaron marcadas por rojas grietas.”

 Virginia Woolf, Las olas.

Terra Australis Incognita

El origen de la exploración antártica se inicia, como muchas de las grandes expediciones, por el afán de riqueza y la esperanza de encontrar nuevos y abundantes recursos para su explotación. En el caso de la Antártida, los griegos ya especularon con la existencia de una tierra fértil, incluso tropical. Sin embargo, las sucesivas expediciones a lo largo de los siglos XVIII-XX confirmaron que la llamada Terra Australis Incognita («tierra desconocida del sur») se trataba más bien de un lugar inhóspito, un mundo de hielo en el que gigantes blancos vagaban a la deriva y en el que los fuertes vientos podrían devolverte de nuevo a casa. A pesar de su aparente esterilidad, este continente helado emanaba vida en sus aguas. Exploradores y comerciantes de la época se dieron cuenta de ello y tras haber explotado prácticamente hasta la extinción muchas de las especies de ballenas y focas del Ártico, creyeron que la Antártida podría ser la nueva fuente de aceite que el mundo industrializado necesitaba. Estas capturas redujeron enormemente el número de grandes mamíferos que habitaban en el franco sur. Prueba de ello es la drástica reducción que han sufrido las poblaciones de ballena azul (Balaenoptera musculus), de casi 250.000 ejemplares estimados antes de su explotación hasta los aproximadamente 1.050 individuos listados en la actualidad. Más de 1.100 barcos visitaron las regiones antárticas durante la época de la caza de focas (1780-1892), mientras que los dedicados a la exploración apenas fueron 25. Tuvieron que pasar décadas para que otros intereses más científicos surgieran entre los exploradores antárticos y no fue hasta los años treinta que las distintas naciones empezaron a ser conscientes de la limitación de los recursos del océano y de que quizás se habían excedido en sus capturas. 

Tratado Antártico: cooperación internacional en favor de la conservación

Los siglos XIX-XX fueron siglos difíciles para las poblaciones de focas y ballenas de todo el mundo. La invención del barco de vapor y arpón explosivo hacían que fuese prácticamente imposible escapar de los balleneros. En 1914 llega la Primera Guerra Mundial, y con ella se popularizan los explosivos basados en la glicerina extraída del aceite de ballenas barbadas antárticas. Además, hacia finales del siglo XIX, la caza indiscriminada de focas había llevado al borde de la extinción a once de las 33 especies conocidas de estos pinnípedos marinos. ¿Cómo crees que pudo afectar a las cadenas tróficas la extracción masiva de depredadores?

Al eliminar los eslabones superiores de las cadenas tróficas provocamos efectos en cascada en los niveles más bajos. Por ejemplo, algunas ballenas barbadas antárticas ingieren al día varias toneladas de krill, lo que se traduce en una importante cantidad de heces. El secreto de que una familia de ballenas hambrientas no agote los recursos en cuestión de días está precisamente en la cantidad de nutrientes (como fósforo y hierro) que son liberados al entorno cada vez que defecan. Lo hacen en superficie, fertilizando así las capas superiores en las que prospera el fitoplancton (en la base de la cadena alimenticia), cuyo desarrollo está ligado a la presencia de estos y otros nutrientes. ¿Y de qué se alimenta mayoritariamente el krill? ¡De fitoplancton!

Red trófica marina antártica. Fuente: Imágen cedida por Observando los polos Vanessa Balagué, Clara Cardelús, Magda Vila (eds) Editorial Catarata, ISBN: 978-84-1352-299-9, Páginas: 324, 2021

Como verás, aunque todo este conocimiento no estaba disponible en aquella época, los marineros se dieron cuenta de que cada vez era más difícil encontrar poblaciones de ballenas y focas. Ello abrió un intenso debate sobre el uso y la necesidad de conservar los recursos oceánicos. La Comisión Ballenera Internacional (CBI) fue creada en 1946, aunque algo deficiente en su gestión durante los primeros años, supuso un cambio de paradigma. Hoy en día está conformada por 88 países que se reúnen anualmente para evaluar el estado de conservación de las ballenas, así como la regulación de la caza en aquellos países miembros que siguen practicándola (Islandia, Noruega, y Japón – este último se retiró de la Comisión en 2018). El Tratado Antártico, firmado en 1959 y con entrada en vigor en 1961, surge en el contexto de la Guerra Fría con el fin de evitar una escalada militar en un territorio sin soberanía. El Tratado garantiza el uso de la Antártida exclusivamente para fines pacíficos, promueve la libertad de investigación científica y cooperación internacional para ese fin, así como el intercambio de observaciones y resultados científicos. Pero, ¿por qué el Tratado va más allá, y convierte a la investigación científica en un pilar fundamental?

En 1957 se celebró en Año Geofísico Internacional (AGI), el cual se convertiría en un evento clave en la superación del conflicto político. Centrado en el estudio de la Antártida, el AGI supuso un esfuerzo de coordinación internacional entre los grupos de investigación de aquellos países que reclamaban la soberanía de algunas partes del territorio. Este dio paso a la instalación de las primeras estaciones y abrió el camino a una nueva forma de cooperación que culminaría con la firma del Tratado. Los acuerdos que integran el Sistema del Tratado Antártico son: el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas (CCFA) y la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA).

Pioneras en la exploración antártica

Si miramos de cerca la cronología de la exploración antártica, encontraremos algo parecido a esto…

Cronología de la exploración de la Antártida. Fuente: Imágen cedida por Observando los polos Vanessa Balagué, Clara Cardelús, Magda Vila (eds) Editorial Catarata, ISBN: 978-84-1352-299-9, Páginas: 324, 2021

James Cook, Fabian von Bellingshausen, James Clark Ross, Ernest Shackelton o Roald Amundsen son considerados pioneros en la exploración polar antártica. Sin embargo, te resultará difícil encontrar alguna mujer en un periodo que abarca desde 1497 hasta 1935. ¿Dónde estaban las mujeres en estos 438 años?

La Historia de las mujeres en la exploración polar es la historia de un movimiento que va desde la exclusión hacia la inclusión y está plagada de pioneras que lucharon por formar parte de ella. En la Antártida, pese a la percepción del heroísmo masculino que habían popularizado las publicaciones en torno a la exploración polar, las mujeres lucharon por tener acceso a las primeras expediciones. Marie Stopes, paleobotánica consumada, fue rechazada cuando solicitó unirse a la expedición de Rober F. Scott a bordo del Terra Nova (1912). Las tres mujeres rechazadas por Shackleton para la considerada la mayor expedición de La edad Heroica de la Exploración de la Antártida: la Expedición Imperial Transantártica (1914-1917) a bordo del Endurance, escribirían enfadadas:

“No vemos por qué los hombres deberían tener toda la gloria y las mujeres ninguna, especialmente cuando hay mujeres tan valientes y capaces como los hombres”

Las 1.300 mujeres que aplicaron para la expedición de 1937 de la British Antarctic Expedition fueron todas rechazadas. Hasta mediados del siglo XX las mujeres tuvieron vetada su participación en expediciones polares bajo el paraguas de ciertas políticas institucionales, la alegación de falta de formación y credenciales, o la ‘carencia’ de instalaciones específicas.

“Decía que… no había instalaciones para mujeres en la Antártida, es decir, no había baños separados, no había tiendas, no había peluquerías…”

Janet Thomson, sobre el contenido de las cartas de rechazo que recibían las mujeres

En la década de los 1970, el ritmo al que las mujeres participan en investigaciones polares se acelera. Es una época de cambios en muchos países, tanto a nivel social como cultural. La idea de la igualdad de género comienza a tener un papel relevante y el número creciente de mujeres licenciadas en estudios científicos presiona a las instituciones y abre nuevas oportunidades.

Historias de pioneras. Fuente: Imagen cedida por Oceánicas 2: Pioneras de la oceanográfia, Antònia Calafat y Pablo Lozano (eds) Editorial CSIC, ISBN: 978-84-00-11056-7, Páginas: 64, 2022. 

La nueva era de la investigación polar

El legado de esta historia es evidente en la investigación polar actual. En los últimos años, mujeres de todo el mundo lideran estaciones, equipos de campo, colaboraciones internacionales, incluso han dirigido varias de las principales organizaciones de referencia: el Comité Internacional de Ciencia del Ártico (IASC, Susan Barr), el El Comité Científico para la Investigación Antártica (SCAR, Jenny Baeseman y Chandrika Nath), o el European Polar Board (EPB, Renuka Badhe), entre otros muchos. Sin embargo, continúa habiendo desafíos importantes. La comunidad de investigación polar está trabajando para abordar las disparidades e inequidades de género, la discriminación, así como las narrativas normativas masculinas y occidentalizadas qué alteran nuestra percepción sobre la exploración y la investigación polar e invisibilizan el papel que muchas mujeres y Comunidades Indígenas han desarrollado a lo largo de la historia de la exploración ártica y antártica. 

RETO #2

Queridos exploradores y exploradoras antárticos,

 

Os proponemos un nuevo reto!

1. ¿Habías oído hablar del Tratado Antártico antes? ¿Por qué crees que es importante que exista un acuerdo internacional sobre la Antártida? ¿Qué actividades humanas están prohibidas en la Antártida de acuerdo con el Tratado Antártico? ¿Por qué crees que se prohíben?

2. Reflexiona sobre el papel histórico de la mujer en la ciencia. Busca algún referente femenino del ámbito científico y cuéntanos en unas líneas por qué te inspira su trabajo. Si estáis muy animados, os proponemos hacer un mural de científicas con todas vuestras ideas. 

BibliograFÍa y recursos